Arrayán, mirto
Presente en jardines
desde muy antiguo.
El jugo de sus frutos
azules, se utilizó para teñir el pelo de negro.
Usado en perfumería y
cosmética.
Tiene propiedades
astringente, desodorante, anticatarrales, balsámicas, antiséptica y sedante.
Sus flores adornaban
las cabezas de las novias griegas e israelitas.
Estaba dedicado a
Venus y a los lares, dioses menores de la familia y los hogares romanos.
Símbolo del amor
conyugal, compasión y de muerte pero como fin de una etapa y comienzo de otra nueva.
Para los romanos era
un árbol erótico y creían que exhalaba efluvios excitantes que incitaban al
sexo.
Plinio nos cuenta que
Rómulo plantó dos mirtos, uno para los nobles y otros para los plebeyos y estos
florecían o se marchitaban según les fuera mejor o peor políticamente a unos o
a otros Suponía que los arboles eran
capaz de percibir los estado de ánimo de las personas cercanas (Hoy, varias
Universidades de todo el mundo están demostrando que esto es cierto).
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